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¿Tenemos mucho que hacer?

Nuestro mundo ha cambiado drásticamente en los últimos 20 años:

⦁ Celulares
⦁ Correos electrónicos
⦁ Videoconferencias
⦁ Autos que se conducen solos
⦁ Chatbots que escriben artículos en segundos.

 

Con excepción de Gene Roddenberry, creador de Star Trek, ¿quién podría haber imaginado el mundo en el que vivimos hoy? Estos milagros tecnológicos han hecho posible lo que solo veíamos en ciencia ficción. Esto ha creado una presión intensa para tener más, hacer más y ser más.

 

Te gritan: ¡Puedes tenerlo todo! “ Y si no lo tienes, hay algo malo en tu vida. Compra este _______ (aparato, auto, libro de autoayuda, etc.) y te sentirás de la manera que siempre has querido.” “Solo tienes que empezar este _______ (negocio, dieta, plan de ejercicio) y tu vida empezará a ser como siempre la has querido”.

 

Nos esforzamos más, corremos más rápido y trabajamos más tiempo, corremos a gran velocidad como hámsteres locos en una rueda. Nadie espera seguir corriendo para siempre, todos tenemos la intención de parar en cuanto lleguemos a nuestro destino, cuando estemos satisfechos a donde hemos llegado.

 

Hemos empezado a creer que, porque podemos conseguir algo, debemos conseguirlo. Si existe algo deseable y no lo tenemos, somos miserables. Si existe algún estándar y no lo cumplimos, hemos fracasado. Así que, tenemos que lograrlo todo, tenerlo todo, “lograrlo”, y solo después podremos relajarnos, descansar y empezar a ser nosotros mismos.

¿Tenemos mucho que hacer?

Puedes trabajar para tener el cuerpo perfecto. Aun así, aunque hagas dieta y ejercicio para llegar a la perfección—algo improbable para la mayoría de las personas—inevitablemente envejecerás y perderás ese modelo que tanto te esforzaste en crear.

 

Puedes trabajar en conseguir una buena cantidad de dinero. No hay nada malo con el dinero en sí, al menos si se utiliza correctamente. Pero curiosamente, las personas que disfrutan de tener más dinero y “éxito” —celebridades— suelen tener menos satisfacción en su vida, como lo demuestra su alto consumo de drogas y su alta tasa de divorcios.

 

O, puedes trabajar en buscar el amor perfecto—ese tipo de amor del que lees en las novelas y ves en las películas. El problema es que, en la vida real, las personas no siempre son elegantes, adorables, ingeniosas e inmortales. Las personas se molestan, se quejan, nos aburren y se desilusionan de nosotros.

 

Todos queremos ser libres. Libres de deudas, Libres de preocupaciones. Libres de grasa. Libres de estrés. Pero la verdadera libertad no viene de fuera de ti mismo. Si dependes de eso para hacerte feliz, puede que recibas un resultado contrario a lo que buscas.

 

Tienes que querer ser feliz. Esto quiere decir diferentes cosas para diferentes personas. Pero esto es una decisión. Elige la felicidad hoy

 

Un artículo escrito por Shifra Hendrie inspiro estos pensamientos.

 

Sinceramente,
Andrés “Buscando la Felicidad” Mejer

P.D. Si quieres trabajar conmigo, aquí hay tres formas en que podemos ayudarte:

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